Vives en una gran ciudad, tienes un buen trabajo, tienes una gran familia y carreteas cuando se te presenta la ocasión, pero realmente disfrutas la vida. En estos tiempos de vivir apurado, estresado y con una alta carga emocional, te aseguro que no disfrutas de la vida, porque andar de carrete en carrete no es disfrutar, es pasarla bien. Veamos, sales a hacer un trámite laboral o particular ¿Cuántas veces has pasado por un parque o por un hermoso jardín?, ¿lo has visto realmente, o solo lo has mirado sin ninguna emoción?
En estos tiempos solo miramos y no vemos la hermosura de la naturaleza, lo hermoso que se ven los árboles, la belleza de las flores, la rica sensación de pisar el pasto, el juego de los niños o de los adolescentes y evocar por un momento el pasado cuando hacíamos lo mismo. Mirar el avance de las nubes o contemplar la lluvia desde la ventana o caminar bajo ella pero no con emociones negativas por la lata de mojarse o que te vas a resfriar, sino que con emociones positivas, lo rico que es que las gotas de agua caigan en tu cara, que el viento no te deje caminar o que te haga caminar más rápido porque te empuja, la delicia de sentir el viento en la cara y respirar profundo para relajarse. Has contemplado lo hermoso que se ven las nubes cuando el sol esta por hacer su aparición (lo puedes ver cuando vas camino al trabajo), o cuando se está ocultando cuando vas de regreso a casa.
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